domingo, 21 de abril de 2019

Notre Dame y Víctor Hugo


La catedral de Notre Dame, que el lunes 15 de abril de 2019 sufrió graves daños a causa de un devastador incendio, es sin duda uno de los edificios más emblemáticos de París.

Pero además de haber sido una atracción turística que era visitada cada año por más de 13 millones de personas y que albergaba reliquias de incalculable valor, ha sido a lo largo de sus más de ocho siglos de historia objeto de numerosas leyendas y escenario de importantes obras literarias.

La obra más conocida es "Nuestra Señora de París", del escritor francés Víctor Hugo, publicada en 1831 y que cuenta la historia de Quasimodo, el jorobado que cuida de las campanas de la iglesia.
Según la experta en literatura francesa y profesora emérita de la Universidad de Princeton, Suzanne Nash, la obra de Víctor Hugo "tuvo in impacto tan dramático en la actitud del público francés hacia el patrimonio que ese mismo año el gobierno estableció la Comisión de Monumentos Históricos".

La obra está ambientada en el siglo XV en París y describe la vida medieval en la capital francesa bajo el reinado de Luis XI.

El protagonista de esta historia es Quasimodo, un hombre sordo y deformado por una joroba en su espalda cuyo trabajo es ser el campanero de la catedral de Notre Dame.

Termina enamorándose de Esmeralda, quien se apiada de él después de que fuera humillado y golpeado por una multitud de personas.
Cuando el archidiácono de la catedral, Claude Frollo, quien también está obsesionado con Esmeralda, descubre que ella está enamorada del capitán Febo, apuñala al capitán y la mujer es acusada de ser la autora del ataque.

Quasimodo intenta proteger a Esmeralda en la catedral, pero finalmente ella termina en la horca.

Dolorido y desesperado, Quasimodo arroja a Frollo desde una de las torres de la catedral.

Al final de la historia, en la tumba de Esmeralda se encuentran dos esqueletos: el del jorobado abrazando a una mujer.

Fuente: News

Construida entre 1163 y 1345 en la Île de la Cité, Notre Dame (Nuestra Señora) de París es una de las catedrales góticas más antiguas y la tercera más grande del mundo, después de la de Colonia (Alemania) y Milán (Italia).

En sus ocho siglos de historia, Notre Dame ha tenido que ser reformada en varias ocasiones.

Pero fue durante la Revolución Francesa (1789) que sufrió los daños más serios hasta el incendio del 15 de abril de 2019.

En este periodo, los revolucionarios destruyeron estatuas de la galería de reyes y de los portales, y desmantelaron una aguja del siglo XIII.

Saquearon el edificio por considerarlo "un símbolo del poder y de la agresión de la Iglesia y la monarquía".

Arrancaron el plomo del techo para fabricar balas, fundieron las campanas de bronce para hacer cañones y destrozaron muchas de las ventanas.

Hacia fines del siglo XVIII, el templo había quedado convertido en "una sombra" de su época gloriosa.

Notre Dame volvió a las manos de la Iglesia católica en 1801, pero nadie detuvo el deterioro.

Hasta que en 1831, Víctor Hugo publicó la novela romántica "Nuestra Señora de París”..

En la época en que el autor francés escribió el libro, "los parisinos consideraban que los edificios medievales eran vulgares, deformaciones monstruosas", según explica el escritor y arquitecto Richard Buday en un artículo de 2017 en la página web Arch Daily.

Según Kelly Richman-Abdou, guía turística por museos de París, a principios del siglo XIX, "aburridos del estilo gótico y abrazando la arquitectura barroca, los parisinos solicitaron la demolición de la catedral en ruinas", escribió en el sitio de noticias arquitectónicas My Modern Met.

Pero la novela "Nuestra Señora de París" lo cambió todo.
El libro "tuvo un impacto tan dramático en la actitud del público francés hacia el patrimonio, que ese mismo año, el gobierno estableció la Comisión de Monumentos Históricos", según la experta en literatura francesa y profesora emérita de la Universidad de Princeton (EE.UU.) Suzanne Nash.

Ante el clamor popular, el rey Luis Felipe I ordenó en 1844 la restauración del monumento.

Los arquitectos Eugène Viollet-le-Duc y Jean-Baptiste Lassus asumieron el proyecto. A partir de 1857, tras la muerte de Lassus, Viollet-le-Duc, quedó como único encargado.

La restauración, que se extendió hasta 1864, consistió en la construcción de una nueva aguja central, una nueva sacristía, de un nuevo órgano y la instalación de nuevas estatuas y vitrales, entre otras reformas.

También añadieron las famosas gárgolas y quimeras que vigilan a los visitantes desde la fachada.

Pero escribir la novela no fue lo único que hizo Víctor Hugo para salvar la catedral.

El autor veía a la arquitectura gótica "como una parte esencial de la historia de Francia" y creía que estaba amenazada por el barroco.

En 1825, seis años antes del libro, publicó un folleto titulado "¡Guerra contra los demoledores!".
"Quién sabe qué edificios se están construyendo (con la ridícula pretensión de ser griegos o romanos en Francia, y que no son romanos ni griegos), mientras otras estructuras admirables y originales están cayendo cuando su único delito es ser francesas por origen, historia y propósito", dice Víctor Hugo en el texto.

Además, cuando empezó la restauración de la catedral, Víctor Hugo participó activamente en un comité de tres personas que supervisó el proyecto.

Y ahora…



Libro Pdf :  http://agrega.juntadeandalucia.es/repositorio/11012017/9a/es-an_2017011113_9084356/propuesta/resources/cariboost_files/propuesta_obra.pdf
Capítulos, ornamentación e ilustración, portada y maquetación realizada por alumnos de 1º, 2º, 3º y 4º de la Eso. Andalucía.

2 comentarios:

Beatriz Olivenza dijo...

¡Qué preciosidad la edición de "Nuestra Señora de París" realizada por alumnos de la ESO! Se la voy a enseñar a mis chicos de primero; les a a encantar. Y, de paso, leemos algún fragmento de la novela. Ya que todos conocen a Quasimodo por el cine, no está mal que sepan algo de la obra literaria que protagoniza y del autor que le dio vida. Gracias por compartir este material tan interesante y por poner un poco de orden en la accidentada trayectoria de este edificio que tanto nos ha hecho sufrir en los últimos días.

Luz dijo...

Jo, a mí también me encantó desde que lo descubrí. Qué maravilla han hecho esos chicos guiados por sus profesores y su propia inspiración. Adorable.
Qué alegría que tus chicos también sean partícipes... :)